Enfermedad infecciosa altamente contagiosa que afecta a las aves, con mayor frecuencia a las gallináceas. Está causada por un paramixovirus aviar de tipo 1.
Las formas clínicas de la enfermedad son diversas. Clásicamente se combina una afectación del estado general con trastornos digestivos, respiratorios y/o neurológicos. Las formas más graves evolucionan rápidamente hacia la muerte.
Constituye una plaga en las granjas avícolas (gran contagiosidad, gravedad clínica), que supone un impacto económico importantísimo.
Enfermedad enzoótica en numerosas regiones del mundo, especialmente en diversas regiones tropicales como América del Sur y América centrale. La enfermedad existe tambien en el Caribe.
Aves domésticas y salvajes, sobre todo gallináceas, pero también palomas ("paramixovirosis de las palomas") y las psitácidas. El pato resulta poco afectado por la enfermedad.
Factores de receptividad y de sensibilidad
Edad (jóvenes), especie, estrés.
Virus de ARN con envoltura de la familia de los Paramyxoviridae, del géneroRubulavirus, del serotipo 1.
El poder patógeno presenta variaciones cuantitativas según el tipo de cepa implicada (cepa lentogénica, mesogénica o velogénica), y cualitativas, en función de la especie afectada y del tropismo tisular de la cepa infectante (viscerotrópica, neurotrópica, neumotrópica).
La virulencia de la cepa implicada puede ser cuantificada por medio del índice IPIC (Índice de patogenicidad intracerebral). IPIC >= 0,7: cepa mesogénica o velogénica.
Virus muy resistente en los excrementos, persiste en los cadáveres, en las cáscaras de huevo (de 7 a 8 meses), y en el suelo (3 meses).
La enfermedad de Newcastle es clínicamente indistinguible de la gripe aviar.
Incubación: 5 - 7 días en promedio, [3 días; 21 días].
Síntomas diferentes según la virulencia de la cepa, de su tropismo, y de la especie huésped, y del individuo infectado (inmunidad residual).
Forma sobreaguda: septicemia y muerte en 1 ó 2 días.
Forma aguda clásica: 3 fases.
Fase de invasión:
• Afectación del estado general: inapetencia, plumas revueltas, caídas y anomalías de la puesta
• Más tarde: cianosis, petequias y edema subyacente de la cresta, del cuello y de la carúncula.
Periodo de estado: signos sobre un mismo animal o sobre diferentes individuos.
• trastornos digestivos: diarrea profusa de color verdoso.
• trastornos respiratorios: flujo de secreciones, disnea y tos.
• trastornos neurológicos: encefalitis (convulsiones, pérdida del equilibrio, parálisis, etc.)
Fase terminal:
• bien empeoramiento y muerte
• o bien, mejoría clínica con persistencia de secuelas nerviosas y trastornos de la puesta.
Forma subaguda o crónica: trastornos respiratorios, sin afectación del estado general. A veces, disminución de la puesta, actitudes anormales o diarrea. La mortalidad puede ser elevada.
Forma asintomática: Muy frecuente. Causada por cepas lentogénicas. Detectada por análisis virológico.
Ausencia de tratamiento específico.
Profilaxis sanitaria
Insuficiente en caso de epizootia o en zonas de enzootia.
• Medidas defensivas:
Controles de la importación, higiene, garantías en el abastecimiento de huevos y de polluelos.
• Medidas ofensivas:
Sacrificio total de los lotes infectados, destrucción de los cadáveres y de los huevos, seguida de desinfección y de vacío sanitario de 21 días.
A menudo inaplicable (elevado coste) o insuficiente (rápida difusión de la enfermedad).
Profilaxis médica
Necesaria en medios infectados o de alto riesgo. La vacunación permite reducir considerablemente las pérdidas en las granjas avícolas.
Protocolos diferentes según la especie, la edad, y el contexto epidemiológico.
Tener en cuenta el estado sanitario de los animales: riesgo de empeoramiento de la reacción vacunal por micoplasma (utilizar entonces una vacuna de virus muerto).
Controlar el nivel de protección vacunal por sondeos sexológicos periódicos (test de inhibición de la hemaglutinación).
Vacunas con virus inactivados o vivos modificados (Hitchner B1, Clone 30, La Sota, VG/GA) disponibles.
Las cepas B1 y La Sota se pueden administrar en el agua para la bebida o por aerosoles (vacunación masiva).
Posibilidad de vacunación de los polluelos desde la edad de 4 días, pero mayor eficacia de la vacunación a las 2 ó 3 semanas de edad.