Enfermedad infecciosa muy contagiosa de origen viral debida a un pestivirus (virus de la peste porcina clásica), que provoca variados cuadros clínicos en las especies susceptibles con predominio de cuadros hemorragicos.
Enzoótica en Cuba, Haití y República Dominicana con brotes de la enfermedad reportados en el norte de , Brasil y en los estados centrales de México. En Centroamérica se reportan brotes en Nicaragua, Honduras y Guatemala, mientras que Costa rica y Panamá esperan el reconocimiento por parte de la OIE como libres. En América del Sur existen reportes en Bolivia, Perú, Ecuador, Venezuela, Colombia. Están reconocidos libres de la enfermedad Argentina y Chile.
Exclusivamente suidos domésticos (cerdos) y salvajes (jabalíes y pécaris). La enfermedad clínica se ha descrito tanto en cerdos como en crías de jabalíes europeos y se considera al jabalí adulto como un reservorio natural del virus en Europa. No se conoce en América el papel que juegan estos animales salvajes en la transmisión y permanencia del virus en la naturaleza. El virus no afecta al hombre.
Es un virus pequeño, ARN de polaridad positiva, envuelto que junto al virus de la diarrea viral bovina/enfermedad de las mucosas (BVD/MD) y al de la enfermedad de la frontera (BD) conforman el género pestivirus de la familia Flavivirida los que tienen una gran homología desde el punto de vista antigénico, estructural y biológico. Existe un solo serotipo del virus de la PPC.
Poder patógeno y tropismo tisular variables según las cepas y el estado inmune del animal o la piara afectada.
Se inactiva en 48 horas en el medio exterior, infeccioso durante varios meses en los despojos y sub-productos animales. Lo destruye la sosa al 1% y otros desinfectantes comerciales que se utilizan comúnmente para la desinfección focal.
Incubación: varía entre 5 y 15 días, período en el cual comienza a excretarse virus en las secreciones y deyecciones del animal infectado.
Los signos clínicos de la peste porcina clásica y la peste porcina africana son indistinguibles por lo que requiere de diagnóstico diferencial de laboratorio.
Formas típicas
Forma sobreaguda o hiperaguda: "peste blanca", el único signo es la muerte súbita del animal sin dar tiempo a que se desarrollen otros signos clínicos.
Forma aguda clásica: con alta morbilidad y mortalidad y ocurre entre los 10 y 20 días pos-infección. Se caracteriza por fiebre alta (de 40 a 42° C), apatía, inapetencia. Los cerdos padecen escalofríos y se agrupan.
• signos cutáneos: coloración púrpura o violácea (abdomen, orejas, hocico, miembros, cola)
• signos oculares: conjuntivitis
• signos digestivos: se alternan estreñimiento/diarrea, vómitos ocasionales
• signos respiratorios: disnea, tos, epistaxis, secreción nasal
• signos genitales: abortos, muerte fetal
• signos neurológicos: ataxia, paresias, temblores, convulsiones, caída del tren posterior, “pedaleo”
• muerte entre 10 a 20 días
Mortalidad cercana al 100% en los animales jóvenes.
Forma subaguda o crónica: los mismos sintomas, pero atenuados. Incubación más larga y evolución más lenta, superior a 30 días. Periodos mórbidos prolongados o intermitentes con inapetencia, fiebre y diarrea, lesiones cutáneas, retraso del crecimiento.
Riesgo de proliferaciones bacterianas secundarias a la inmunodepresión, que dan lugar a complicaciones respiratorias, digestivas o articulares.
Forma congénita:
los signos están en dependencia del momento de la gestación en que ocurra la infección y de la virulencia de la cepa. Se producen anomalías fetales: abortos, momificaciones; neonatales: mortinatos, nacidos débiles o con presencia de temblores (mioclonia); o el nacimiento de cerdos aparentemente sanos persistentemente infectados (inmunotolerantes).
Formas menos típicas, cada vez más frecuentes en las que la mortalidad es escasa y solo se observan signos discretos y sobre todo relacionados con la reducción de los indicadores bioproductivos (retraso del crecimiento, baja conversión, entre otros).
Formas asintomáticas
Ya sea en animales recuperados de la enfermedad clínica o animales inmunotolerantes con infección persistente (IIP).
No hay ningún tratamiento disponible.
Profilaxis sanitaria
En áreas indemnes:
• Higiene: esterilización de los desperdicios transformados (1 hora a 80º C).
• Garantías sanitarias ante la importación de animales vivos y de carne de cerdo o sus productos.
• Cuarentena antes de la introducción.
• Identificación y control de los movimientos de animales.
• Vigilancia serológica de los reproductores.
En áreas contaminadas:
• Sacrificio sanitario total y oportuno sin derramamiento de sangre.
• Disposiciónde cadáveres (incineración o enterramiento).
• Desinfección.
• Control de los movimientos de animales.
• Vigilancia serológica de las piaras vecinas.
• Encuesta para determinar de forma retrógrada la fuente y las posibles contaminaciones.
• Vigilancia de la zona infectada y de los terrenos circundantes.
Vacunas con virus atenuados diferentes a la cepa china: eficaces como medida preventiva en zonas enzoóticas, pero ofrece la dificultad de la no distinción serológica entre los cerdos infectados y vacunados. En nuestro continente, en particular en México y Centroamerica se utiliza ampliamente la cepa vacunal PAV-250 con buenos resultados.
Frente a estas dificultades, los países indemnes o que están iniciando la erradicación, generalmente prohíben la vacunación.
Las vacunas que utilizan la cepa china lapinizada o en cultivo de tejidos permiten con el uso de monoclonales disponibles comercialmente, diferenciar la cepa vacunal de la cepa salvaje.
En los últimos 10 años se han desarrollado vacunas de subunidades “marcadoras”. Éstas permiten distinguir entre animales vacunados y animales infectados, y suponen una alternativa para los países donde la vacunación está prohibida, pero que se enfrentan a episodios recurrentes de peste porcina clásica.